El Día del Padre es una oportunidad perfecta para reflexionar sobre los momentos que realmente importan. En esta entrevista para BE NEXT, compartimos las experiencias de Hugo Tiscornia (66), quien corrió con sus hijas Catalina (33) y Renata (26), y de Juan Sanjuan, alias «Chacho» (60), quien corrió con su hijo Agustín Sanjuan (36). Ambos padres nos cuentan cómo el correr juntos en maratones internacionales, como la 21K de Nueva York, les permitió crear recuerdos imborrables, reforzar los lazos familiares y disfrutar del deporte del running. Estos momentos son mucho más que carreras; son experiencias que trascienden la línea de llegada. 

El Día del Padre es el mejor momento para recordar que los recuerdos más valiosos se crean compartiendo el camino juntos, ¡kilómetro a kilómetro!

1. ¿Qué los motivó a correr juntos una carrera internacional?

Hugo Tiscornia (66):
«La idea de correr juntos surgió porque queríamos compartir una experiencia única. Yo ya había corrido 4 maratones en Nueva York, y como estaba por correr la última media maratón en esa misma ciudad como despedida, se me ocurrió que me acompañen toda la familia, pero que me acompañaran corriendo. De a poquito, la fui convenciendo y se cumplió el sueño. Elegimos la 21K de Nueva York, una de las media maratones internacionales más icónicas, para vivir un desafío como familia. No solo fue un reto físico, sino también una oportunidad para crear recuerdos que nos van a acompañar toda la vida.»

Juan “Chacho” Sanjuan (60):
«Mi primer media maratón internacional surgió por accidente. Originalmente, el lugar iba a ser para mi esposa, Silvina, pero debido a una operación, cedió su lugar. No estaba entrenado, pero al final me fue bien, y eso me motivó a seguir corriendo. Desde entonces, decidimos combinar deporte con turismo, participando en varias carreras internacionales como una excusa para viajar y disfrutar en familia.»


2. ¿Cómo fue la experiencia de entrenar y correr juntos? ¿Hubo algún momento especialmente memorable durante la carrera?

Hugo Tiscornia (66):
«Entrenar juntos fue una forma de compartir tiempo de calidad. El momento más memorable fue cruzar la meta juntos. Cada uno con su propio esfuerzo, pero todos alcanzando ese objetivo en equipo. La sensación de haberlo logrado como familia fue lo que hizo que esta experiencia fuera tan especial. En la 21K de Nueva York, especialmente, cada kilómetro recorrido fue un recuerdo compartido con mis hijas Catalina y Renata

Juan “Chacho” Sanjuan (60):
«Entrenamos en el mismo grupo de running, aunque por horarios y tiempos no siempre coinciden nuestros entrenamientos. Sin embargo, esos pequeños gestos, como cuando mi hijo me pasa una vuelta y me alienta, son los que realmente marcan la diferencia. Verlo cruzar la meta en Valencia, en un retome de ida y vuelta, me dio energía para seguir.»


3. ¿Qué desafíos enfrentaron y cómo los superaron durante la competencia?

Hugo Tiscornia (66):
«El mayor desafío fue el cansancio en los últimos kilómetros. Sin embargo, lo que nos ayudó a superar ese reto fue el apoyo constante entre nosotros. Nos animábamos, y sabíamos que no estábamos solos. Esos pequeños gestos fueron los que hicieron la diferencia.»

Juan “Chacho” Sanjuan (60):
«El cansancio es algo inevitable, pero siempre nos alentamos mutuamente. Me acuerdo de cuando me pasaba una vuelta Agustín, o cuando me cruzaba con él en las carreras de ida y vuelta, como las que hicimos en Valencia. Esos gestos de apoyo y aliento son realmente invaluables.»


4. ¿Cómo creen que esta experiencia fortaleció su relación con sus hijos?

Hugo Tiscornia (66):
«Lo bueno de esta experiencia fue contagiar a mis hijas la pasión por el running y el placer de correr en una ciudad como Nueva York, donde la gente te alienta durante toda la carrera. Correr en familia ha sido una forma de fortalecer nuestra relación. Nos permitió disfrutar de momentos juntos, compartir nuestras historias, y aprender a apoyarnos. Además, fue una excelente manera de involucrar a mis hijas, Catalina (33) y Renata (26), en algo que (espero) las acompañe toda la vida.»

Juan “Chacho” Sanjuan (60):
«Hacer deporte juntos, o haberlo acompañado desde chico, fortaleció nuestra relación y confianza, además de involucrarlo en un estilo de vida saludable. Es hermoso vivir experiencias, compartir entrenamientos y momentos que hacen todo mucho más valioso. Más aún, Agustín conoció a su esposa en un grupo de running, todo gracias a un amigo en común. Las relaciones que se crean en este ambiente son increíbles. Poco a poco, estoy compartiendo también con mi hija la misma pasión por el running. Aunque por ahora solo me acompaña en las carreras, muy pronto la veremos con sus propias medallas colgadas. Me siento bendecido por tener los mejores hijos del mundo, a quienes amo hasta el infinito. Ellos son siempre el mejor regalo del Día del Padre


5. ¿Qué consejos le darían a otras familias que quieran correr juntas una carrera internacional?

Hugo Tiscornia (66):
«Mi consejo es que se enfoquen en lo que realmente importa: disfrutar el proceso y los momentos compartidos. No se trata solo de la competencia, sino de crear recuerdos juntos. Correr en familia es una excelente manera de unir a los miembros de la familia y vivir experiencias que quedarán para siempre. La carrera empieza cuando se toma la decisión de ir y que todo el esfuerzo se compensa al cruzar la línea de llegada todos abrazados. ¡Ah, no se olviden de ponerse la camiseta Argentina, porque es impresionante la cantidad de aliento que uno recibe y les aseguro que emociona mucho!»

Juan “Chacho” Sanjuan (60):
«Si quieren correr en familia, ya sea que todos participen o solo uno corra y el resto acompañe, te recomiendo mucho el asesoramiento de BE NEXT. Correr no es solo un deporte, es una excusa para viajar, conocer nuevas culturas, hacer amigos y, sobre todo, vivir experiencias inolvidables juntos. Lo que realmente queda en la memoria son los momentos compartidos, y si esos momentos son hermosos, mucho mejor. Para mí, cada experiencia ha sido maravillosa.»


Estas historias inspiran y reflejan muchas otras que se viven cada día. Son ejemplos de cómo, a través del deporte, se construyen lazos de confianza, motivación y amor incondicional. Feliz Día del Padre a todos los que motivan, acompañan, contagian pasiones y eligen recorrer el camino codo a codo, kilómetro a kilómetro, respetando el ritmo de cada uno. ¡Que este día sea un recordatorio de lo que realmente importa: los momentos compartidos con los que más queremos!

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